Se propone una continuidad de la actividad terapéutica-educativa que el niño realiza durante el año, con un carácter recreativo y social más pronunciado. Dicha actividad se realizada con integración y formación de grupos de habilidades sociales, esto permite el crecimiento inserto en la realidad social en la cual vivimos todos. La misma se lleva a cabo durante los meses de verano (enero y febrero), con atención personalizada y especializada en el área.